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Cuchara contra finger food. Batalla gastronómica en la feria popular de Andorra Taste
Una veintena de propuestas representan a la gastronomía del país de los Pirineos en la feria popular de Andorra Taste. Vanguardia y/o tradición. Cuchara y/o finger food. Si hubiera competición, que no la hay, ¿quién ganaría? El andorrano decide hasta este domingo en el Prat del Roure de Escaldes-Engordany.
No era aún mediodía -hora de apertura- y ya había gente sin camiseta de trabajador ni chaquetilla de chef deambulando y buscando información por el entorno del Prat del Roure de Escaldes-Engordany, donde este sábado se ha concentrado gran parte de la comunidad andorrana. Eran, son, 17 stands con degustación y dos espacios de show cooking; han sido centenares los andorranos y visitantes que se han juntado. “No había visto nada parecido. Es una fiesta de la gastronomía con los vecinos disfrutando”, razonaba ya a mediodía José Antonio Guillermo, del restaurante local Odetti Bistro, sin apartar la vista de la cola que ya se había formado frente a la cazuela en la que estaba preparando su tapa, un fricandó de ternera y setas de Andorra. “Boníssima”, se escuchaba.
La fiesta de la gastronomía que ha propiciado la celebración de Andorra Taste Popular ha sorprendido a propios y extraños. Sobre a todo a propios, pues el catalán y el castellano han sido los idiomas más hablados y escuchados en el recinto. En las taquillas donde se conseguían los tickets; en la “bodega” en la que el vino volaba; en la carpa de Damm donde las cañas pasaban de mano en mano; en la zona de césped que el público ha copado cual camping sobre todo buscando la sombra, pues el sol pirenaico ha querido dar la bienvenida al evento. Se sentaban muchos, apoyaban codos en las mesas altas habilitadas a tal efecto otros, compartían platos todos. “Nunca habíamos visto aquí tanta gente disfrutando de la gastronomía”, repetía Guillermo antes de salir al escenario del espacio de show cookings por la tarde, cuando ha impartido una clase con degustación sobre su cocina.
Repetía el mensaje Jordi Grau, del estrella Michelin Ibaya de Soldeu, presente junto a Hideki Matsuhisa como representantes del Koy Hermitage: “Un momento mágico, quizá la primera vez que nos hemos juntado muchos restauradores del país”. Asentía escuchando la conversación Lluís de Juan, embajador de Productos Agrícolas y Artesanos de Andorra, entidad presente en la feria con un estand donde reina la ratassía y los embutidos del país. “Sí que representa bien lo que es Andorra, un país que gastronómicamente está espabilando tanto en los restaurantes como en los bares de pueblo”.
Precisamente más en estos es donde más están presentes algunos de los embutidos que oferta De Juan en su estand, como los “100% andorranos” donja, el collar del cerdo con sal y pimienta, y bringuera, a partir de varios elementos de la careta del mismo animal. “Pones dos lonchas en la sartén, le añades dos huevos fritos, lo maridas con ratassía y ya eres andorrano”, bromeaban los del estand con unos clientes. Gastronomía, buen humor y territorio. Andorra Taste.
El embajador de los productos andorranos era el último ponente del espacio de show cooking, donde durante todo el día se ha degustado y aprendido de forma gratuita de manos del colombiano Aníbal Criollo, Estrella Damm, vinos de Casa Auvinyà, del chef andorrano Pep Ramos (L’Era d’en Jaume, Llorts), del propio Guillermo o del pastelero local Alexis Estopiñán, cuyo postre en la feria copaba mesas a mediodía. Antes, después, lo habían hecho las otras 17 tapas, muchas de ellas curiosamente de cuchara, no lo más fácil para comer en un evento tal, sí lo más idóneo para climas de montaña. “Esta oferta es Andorra, con su tradición y su modernidad”, explicaba Grau.
La cuchara estaba presente en las tapas de Plató Restaurant (Andorra la Vella) -arroz de montaña-, El Celler d'en Toni (Andorra la Vella) -canelones de pollo, ternera, cerdo y foie gras-, o la del propio Guillermo –fricandó-, aunque las más vendidas del viernes, cuando empezó el evento, fueron, por orden, la hamburguesa de ternera de Andorra con mayonesa de remolacha y setas del Mínim's (Andorra la Vella); el plato de Koy Hermitage con makis de steak tartar y niguiris de trucha, y el nem vietnamita con setas y carne del Pirineo de Kao Soldeu. Los otros, los de cuchara, no estuvieron muy por debajo en venta. La pugna seguirá hasta la tarde del domingo. Estará igualado. Andorra es vanguardia y tradición, con las manos o cubiertos.